Blogia

A cova do congro

De la no correlación entre el sueldo y el nivel de vida

No sé qué pensarán ustedes. Durante años yo creí que, si trabajaba más y ganaba más dinero, podría permitirme una vida mejor : quizás un piso en buena zona, un barquito para los fines de semana, un buen coche, viajes a Mali... Pero, para mi sorpresa, he descubierto que mi esperanza era vana : el dinero que un hombre ingresa ya no determina el tipo de vida que lleva.
Tengo un amigo (más bien conocido), Juan, que es albañil. Es un buen profesional. Hace desde una roza hasta un muro de hormigón. También le da un poco a la electricidad y otras chapuzas. El otro día me enseñó un presupuesto que había hecho para un cliente : por cambiar una cerradura de seguridad, 1.200€ . ¡En un día de trabajo!. Le interrogué y me confesó lo que suele ganar al mes, que resultó ser más del triple de lo que gano yo. Estarás forrado, pensé. Llevarás una vidorra. Y, sin embargo, observando la vida que lleva, veo que sigue siendo una vida de albañil. Trabaja de sol a sol, nunca hace un viaje (aunque una vez fue a Mallorca), conduce una furgoneta Berlingo, y su casa está en un barrio humilde de Madrid. Se está haciendo, eso sí,  un chalet, en Segovia.
Emilio, el tío de mi mujer, es lo que yo considero un empresario de éxito : de camarero ha pasado a propietario de una próspera panadería. Fruto de ella tiene ya dos pisos en propiedad (además del local de la panadería), pero sigue viviendo como un camarero. Sus hijos han heredado también la forma de vida.
Mi prima Eva : alta directiva, gana en un año lo que yo en 5, y vive exactamente la vida que llevaba cuando comenzó a trabajar (sólo que sin tiempo), la que su familia le enseñó.
Son todos casos de gente que, con altos ingresos mensuales, llevan una vida no diferente de la de cualquier asalariado sin ambición del engranaje empresarial. Y no son raros.
Veamos ahora el caso de otro amigo, Carlos, que es abogado. Su sueldo (no lo sé : lo estimo), es un sueldo medio. Pues bien : Carlos vive en un piso de 180 m2 del barrio de Salamanca, conduce un Mercedes 4x4 negro, y no pasa un invierno sin ir dos semanas a Baqueira ni un verano sin pasearse por la islas griegas en yate. Otro nivel (literalmente). Claro : Carlos pertenece a una familia "de dinero", mucho dinero.
Se dirá que son casos extremos. Sí : lo son. Pero el extremo de una normalidad que vemos día a día a nuestro alrededor, en medio de la cual, estamos la mayoría. En todos estos casos no es el salario, sino un status heredado, el que marca su tipo de vida. Mi caso : desde que comencé a trabajar, hace más de 20 años, he multiplicado por 4 mi sueldo sin haber notado diferencias sustanciales en mi clase de vida : aquella que ya tenía incluso antes de ganármela yo, la que llevaba mi familia. La sociedad se las arregla contínuamente para poner a nuestro alrededor necesidades que absorven cualquier incremento salarial. Y es que no es un sueldo, sino la “infraestructura familiar” (propiedades, educación, amigos, influencias) lo que determina realmente el tipo de vida que una persona lleva.
Añadiré algo más, porque no sólo de pan vive el hombre. De las novias y mujeres de mis amigos, solamente la novia de Carlos tendría tres estrellas en mi guía Michelín (no se interprete esta sesgada visión como machismo : es que yo soy hombre, y mi prima no tiene tiempo para novios).
En definitiva, que pese a las apariencias, seguimos teniendo una sociedad de clases marcadísima. Si el dinero puede determinar la vida que podemos llevar es el dinero que se tiene, y no el que se gana, porque los escalones a salvar, las diferencias económicas para cambiar de vida, no están al alcance de un salario. Ningún sueldo puede pagar un buen piso en el barrio de Salamanca, un yate, o las comidas en el Bulli. Y todo lo demás no son sino sucedáneos de pequeñoburgués.
Jacinto Ortega (Artículo incluido en “Miro hacia abajo y sólo veo mis pies”)

Esquizoo

Sempre penséi que os que conseguían fazer da súa afiçom o seu modo de vida eran ums afortunados mentras pola contra, os que fan do trabalho a súa afiçom, son dignos de compaixom.

Pensaba que o escritor, o pintor, o músico, o viajeiro, o futbolista, tinhan umha liberdade, um desfrute da súa actividade persoal e profesional envexável. "Pasan o día pintando, viajando, jogando : divirtíndose", pensaba eu, "Tem que ser umha maravilha!". Ata que um día díxenlhe a um primo meu que viajaba moito por trabalho, que era afortunado por conhecer tantos lugares. El, que estaba farto de nom parar num sitio, de apenas ver á familia, respostóume : "Pensar que se desfruta viaxando por obriga, é como pensar que as putas desfrutan có sexo. O que para tí é um desafogo, para nós é trabalho duro e desagradável".

Por iso, despóis de algúm tempo de tentar achegar trabalho e ocio, despóis de anos pensando que a esquizofrenia de trabalhar diligentemente e despóis fazer o esforzo de continuar a explotar o tempo livre ía acabar comigo, agora penso que som um afortunado. Penso na mágoa dos que perderom a única afiçom que tinhan convertíndoa num trabalho, e nos que, máis desgraçados aínda, por nom ter um hobby fixeron do trabalho a súa única afiçom.

Eu gosto da música, a poesía, a astronomía, a ciencia, o mar, caminhar polo monte, viajar. Dende logo nom tenho tempo para adicarlhe a tudo iso como gostaría, pero podo alomenos desfrutar, modesta e limitadamente, de fermosos momentos. Moitas veces frústrame o feito de nom dispor de máis tempo, de sofrer a consciencia desa limitaçom, a raiba de ir a clase de piano cansado polo día de trabalho. Pero num mundo en que hai que escolher entre estar mal ou estar peor, quero pensar que estou entre os que están mal. Porque neste mundo de tolos, só se pode elegir entre dúas patologías : paranoia i esquizofrenia.

Eu aspiro a manter a esquizofrenia.

Beleza

En la embriaguez de la adolescencia, nos enamoramos del alma, ese tenue halo, esa mentira, ese "traje nuevo del amor" que sólo el enamorado puede ver. En la resaca de la madurez admiramos la gracia, la fuerza, la inteligencia, el carisma... eso tan práctico que llamamos personalidad o mente, y que no son sino los míseros ropajes de nuestra condición humana. Por fin, alcanzada la lucidez de la vejez, nuestro corazón tiembla ante la verdad desnuda : la belleza, la hermosura pura y sencilla de los cuerpos y los rostros, de la vida. Ya trágicamente, y para siempre.

Julia Olivier (El último paso)

Apunte político

Só um pequeno apunte de actualidade política : nom parece lógico que si se transferen competencias ás comunidades, tamén se transferan os políticos que as manexa[rá]n? A presencia nas cortes estatáis de grupos que buscan a independencia da súa nazón do estado español é umha mostra de sanidade democrática, pero, nom é um pouco absurdo que se transferan competencias a umha comunidade e os séus políticos sigan a ter um forte peso na política de um país que é cada vez máis alheo? Ponho por ejemplo : se Catalunya recaudase um 90% dos seus impostos, só tería um peso no estado espanhol dum 10% (do que tinha antes), entón : qué sentido tem a súa presenza en igoaldade de condiçoms num parlamento que administra os cartos -principalmente- das outras comunidades?

Vaia por diante que nom fago nengumha valoraçom do statut. Puntualizo ésto porque, despóis de ler o texto, sóame um pouco a "esos putos catalanes que se vayan a su tierra". Nada máis longe da minha intençom, ainda que, vaia por detrás, que penso que o statut vai deixar a Galiza numha situaçom bem incómoda.

Oferta

Cando eu lhe falo á gente do que cunde o tempo numha cidade pequena, das vantages evidentes de esa vida sem o estrés pola perda de tempo provocada polos desprazamentos de Madrid, os aboriges síntense un pouco incómodos e soen replicar có mesmo argumento : "Sí, pero en Madrid lo tienes todo : museos, cines, teatros, conciertos. Tienes muchísima más oferta de ocio que en cualquier otro sitio". Oferta... é curioso cómo a gente pensa que ter "oferta" é ter algo. O famoso "poder elegir" da sociedade de consumo. "É milhor ter 1.000 que 100 porque así podes elegir entre máis cousas". Dá igual que só poidas colher umha. A éstes, eu sempre lhes pregunto que a cántas obras de teatro foron o ano pasado. Normalmente umha ou dúas, como moito. Entón eu conto que os meus pais, en Pontevedra, nunca ven menos de 5 obras de teatro ó ano. Tenhen menos para elegir, pero, alomenos, poden ir.

Já dizía Caeiro que era melhor ter ouvidos que ter um piano. Ter moitos teatros perto nom é tam bom coma ter tempo para ir a eles. Ter moitos cartos tampouco val de moito sem tempo (hoje ou nunca) para os desfrutar. Hermós expresábao moi bem : "Quien tenga más que cene dos veces"

Claridade

"Cada día un anciano recibía insultos y burlas de los niños del vecindario. Un día, recurrió a una treta, ofreciéndoles un dólar si volvían al día siguiente para repetir los insultos. Los niños acudieron, le hicieron rabiar y a cambio se ganaron su dinero.
El anciano les prometió de nuevo. "Si volvéis mañana, os daré cincuenta centavos". Y acudieron otra vez y, tras insultarle, recibieron su paga. El anciano les animó para que le siguieran haciendo enfadar al día siguiente, aunque esta vez a cambio de 20 centavos.
Los niños se indignaron: no iban a insultarle por tan poco dinero.
Desde entonces el anciano vivió tranquilo
"

   Ainda que pareza mentira, esta historia está sacada de um web sobre motivaçom do persoal para o trabalho, e aparece contraposta a esta outra historia :

"-¡Vaya! ¿Conque te han castigado?
Tom no se dignó a contestar. Seguía pintando entusiasmado, separándose de vez en cuando de la valla y observándola con mirada de artista.
Ben, que tenía en la mano una manzana muy apetitosa, se quedó con la boca abierta, pues no acertaba a comprender nada.
-Oye, Tom, me voy a nadar, ¿no quieres venir? ¿O es que tienes que trabajar?
-¡Hola, Ben! Estaba tan entusiasmado pintando la valla que ni siquiera te había visto.
-¡No dirás que prefieres trabajar a ir a nadar!
-Depende de lo que tú llames trabajo. A mi me encanta pintar la valla."

Esta segunda historia era a que eu buscaba para ilustrar o que quería contar hoje num post, que era o engano contínuo deste mundo para nos convencer das virtudes do trabalho. Tom Sawyer está fastidiado porque a tía Molly castigóuno, e tem que trabalhar, e nom pode ir nadar. Sem embargo, toma esa actitude para enganar ós outros nenos que rematan fazendo o trabalho por él, e incluso pagando umha mazá polo privilegio de pintar um valado. Eu -que nom tenho a sorte de ter umha orde de valores e crenzas bem establecida- sinto umha estranha sensaçom ante esta escea.

Porque, por enriba da obviedade de que Tom engana ós amigos, de que pintar um valado é menos entretido do que ir nadar, está a realidade nom menos obvia de que os amigos desfrutan realmente, dese trabalho. E, se umha das metas da vida é desfrutar... qué pode haber de censurável nisto?

Así, a concluçom, tem que ser que, se um persegue o benestar, desfrutar do trabalho nom é algo censurável, ainda que este desfrute seja froito dum engano, ou dumha utilizaçom interesada.

"Se um persegue o benestar". Esa premisa é necesaria para que a concluçom seja certa. Pero, debe um perseguir o benestar? Este, penso eu, é a cuestion. Busca um o benestar, a felicidade, a satisfacçom? Som as tres cousas o mesmo?

Aquí -penso- já nom hai respostas sinxelas, e cada um terá a súa. A minha é nom.

Porque eu -a risco de parecer um pouco clasista- penso que o home tem que aspirar a algo máis que a felicidade. Ou, por dicilo de outra forma, tem que se preocupar pola calidade da súa felicidade. Nom pode ser o mesmo ser feliz trabalhando 10 horas, comendo umha pizza e mirando "Los Serrano", ou desfrutando de um "Lied de Strauss mientras se bebe un excelente blanco Borgoña" (permítame um amigo este chisco de olho). Nom pode ser o mesmo.

Nom é o mesmo. E, sem embargo, penso que nom é objectivamente milhor. O que persega a felicidade detrás de um soldo, fai bem. O que busque "salvar mi claridad" a costa desa felicidade, tamén fai bem. Eu, no meu gosto pola contradicçom (sinónimo de vida), tento nadar a medias augas. Trabalhar, sí, desfrutar, sí, e salvar a minha claridade.

Como final, este correo do Julio (que sempre é capaz de ponher en palavras as cousas máis complicadas), que acabo de recever :

A propósito de esto de la claridad, recuerdo una frase de las cartas de Van Gogh a su hermano Theo, una frase que me impresionó mucho en su día, en la que el pintor afirma:

"Mi razón está hundida a medias."

El pobre Vincent quería salvar su claridad a través de la pintura, no tenía otro medio.

Me pregunto si no es esa la expresión más certera de la condición humana: tener la razón hundida a medias. Nunca del todo a flote, nunca del todo hundida.

Absurdos

Fai demasiado tempo que nom fago nada absurdo. Ameazo, máis nom saio da rutina. Últimamente levo umha vida tam ordeada, que me pregunto se val a pena, se é umha vida ou qué é. A minha nai dí que me ve moi bem, moi centrado : mal sinal. Porque nom estou centrado en mín, que nunca souben qué sería, senón num mundo que fixo um oco para me ponher.

E véxome baixando pola escaleira de Argullol : "De la sensación al pensamiento, del pensamiento a la palabra, de la palabra a la acción, y al final no sabemos ni lo que hacemos ni lo que sentimos", eu, que sempre fun do vaivén de Girondo :

                        Yo   no   se   nada
                        Tu  no  sabes  nada
                        Ud.  no  sabe  nada
                        Ellos no saben nada
                        Ellas no saben nada
                        Uds.  no saben nada
                     Nosotros no sabemos nada
         La desorientación de mi generación tiene su expli-
         cación en la dirección de nuestra educación,  cuya
         idealización de la acción,  era  -­sin discusión!-
                una mistificación, en contradicción
                 con nuestra  propensión a la me-
                  ditación, a la contemplación y
                   a la masturbación. (Gutural,
                      lo más guturalmente que
                       se pueda).   Creo que
                        creo en lo que creo
                         que no creo.Y creo
                          que no creo en lo
                          que creo que creo
                      "Cantar   de   las   ranas"
                    ­Y     ­Y    ¿A ¿A   ­Y      ­Y
                   su     ba    ll¡ llí     su      ba
                  bo     jo    es     es    bo      jo
                 las    las   tá?      tá?      las     las
                es     es    ­A             ­A       es      es
               ca     ca    qu¡             cá     ca       ca
              le     le    no                  no     le        le
            ras    ras    es                   es    ras     ras
           arri   aba     ta                     tá      arri     aba
         ba!... jo!...   !...                        !...     ba!...   jo!...

"Y subo las escaleras arriba, y abajo las escaleras abajo" cántos anos esa frase foi umha guía para mín. Cánto tempo sem pensar nela : agora caminho calmo e subo en ascensor.

"Demasiado corpóreo,
limitado,
compacto.

Tendré que abrir los poros
y disgregarme un poco.

No digo demasiado."

A image que acompanha a estes versos : Oliverio (nom Darío Grandinetti : Oliverio), num semáforo de Bos Aires, gabán negro, mirada para adentro, a man estendida, a pidir.

Tudo comezóu, agora que o penso, num cine. "El lado oscuro del corazón, 2". Como na película, a poesía ficara atrás, na primeira parte.

Certo desconcerto tranquilo. "Quiero entrar en esta casa sin puertas ni ventanas en la que estoy recluido. Necesito rescatarme"

Criptografía

Sí : eu tamén gosto de criptografía. Pero, alomenos, uso algoritmos públicos, e umha clave conhecida, por ejemplo, o seu nome.

<UPSEROS v3 - 3DES - http://www.upseros.com/cifrador.php>
/HYJns3Pt0VbUgUogo/lI93HKf99R3mAX6tdUAXsr2Kc7aYWx2gqHmPKRdBU9VI6AYVUChAnPhY6EClTEt23sRVf739tEyH89vkTW7telDJEe1ixLed8K0IgwaoJKo6R63Hlmae1VTZvktXZm2QJNSd4myq1sfEt5/najZglMczNZLPqLCpba054WcIXBPf7EhSV/mpAWf+3RCZFWEfSBtulO0LOqO47suyUndPrYs29c+DLon7dGDtYubckpFMR+XfawDevhXpfkWpEDK0DZvijT216vXq6IFxHy/f1xZxGYC/8Q4YSZ/EUFSU8gQOLSgG9CnofQYAuMIjv2fZ2WHfm5bwqQFkPwy1UUdc6J0HRH/lhsXacHMVt2yOgchmjkMBmemU2sIelmpvZwLtgdqtNJQrZP8ZrBT3f2reJMSGyq8wbbxY4InZzFo84a73qsKKUaIu5eyT9a7SqnvS9If27D27tHHIrOo5ilKaoRPR36Avo2pDsKnusmQmNJM6zl5utofrylEnvQMJLlM7q2g/THtC0j3NzZIHBuiDbSxOs1xgox63n282IEtEU4bhvujtx6QM0WpjP1lAoNswjRcRJISNZtW3EW2vQrHEFa3M=
<UPSEROS v3 - 3DES - http://www.upseros.com/cifrador.php>

Para-avalanchas

Deve facer moitos anos, Marga, porque lembro que a conversa tinha lugar na Ponte Nova, de volta do instituto. Era umha de aquelas ideais estranhas que eu tinha na cabeza, e que daba en contarte, quer por ver se tí me comprendías, quer por te impresionar. Estábate a dizer, máis ou menos, que me ponhía de mal humor o feito de me ponher de bom humor a primavera. O que eu quería dizer, Marga, era que pensaba que os méus sentimentos tenhen que ser consecuencia dumha caste de orde interna, e nom de algo tan arbitrario coma a metereología. Producíame, daquela, esa aparente contradicçom, umha inquietude, umha desagradável sensaçom de nom ser dono dos méus pensamentos e sentimentos.

Claro, um, có tempo, descobre que está contínuamente a cambear de humor por cousas tan arbitrárias... Agora mesmo, estóu a escrever inmerso numha estranha melancolía, provocada polo para-avalanchas, de Calamaro.  Se escoito Campanades a morts, invádeme a tristeza-rabia-impotencia, así, por esa orde. Cando escoito o final de Glósóli, sinto a liberaçom dum peso que desconhecía. No metro, cada día, sinto a agresividade provocada pola acumulaçom de persoas estranhas pegadas a mín. E cando me encerro no méu trastero, só, rodeado de caixas, umha mesa e ums cuadernos, sinto a tranquilidade de nom sentir nada.

O amigo Cabañas pensa que pode ser sem estar, quero dizer que pensa que podería liberar a mente, darlhe umha existença, sem o séu corpo. Eu penso que nom, ainda que só seja porque sem esas sensaçoms tan arbitrárias, esa mente livre sería, en realidade, umha outra persoa.

Eu o sábado tinha 38.5 de febre. Estaba na casa, entre umha manta de lá e umha manta eléctrica. Objectivamente debía de ter calor. Sem embargo, sentíame xeado, i estaba a tremar de frío. Cómo vou confiar nos meus sentimentos se ata algo tan sinxelo e objectivo coma a evaluaçom da temperatura externa pode estar tam errado?

En Menorca, disque hai a tasa de suicidios máis alta de Espanha polo vento. Contaba Plá que o garbí ("el vent del garbí m’enerva") pon nerviosos aos habitantes do Ampurdán dende a época dos mouros. Din que na Galiza somos calados e nostálgicos pola chúvia. Disque en Andalucía som tan alegres polo sol e a bonanza do clima. Os nórdicos son trabalhadores polo frío. E os caribenhos lacazáns pola calor.

Se iso é certo, os culpáveis da globalizaçom, da uniformidade de carácter que se vai formando no mundo, nom van ser tanto a televisión, Internet, nem as fábricas chinas, senón a calefacçom, o aire acondicionado, as aspirinas.

Paseo polas nubes

"El gato que atraviesa las paredes" é umha curiosa novela de Heinlein na que, complentamente ó marge da historia, hai um gatinho que atravesa as paredes "porque es tan pequeño, que todavía no sabe que las paredes no se pueden atravesar". 

Pasa a veces na vida. A mín, alomenos, pásame, coma ó gatinho. Que atraveso paredes por pura inercia e ignorancia, por nom saber que nom se poden atravesar. Pásame, alomenos, ata que umha ráfaga de madurez (já nom som un neno) ponme ante a vista a solidez das paredes, dos muros, dos valados. E a vida convértese, de repente, sem saber cómo, num labirinto de tolos. Comezo a pensar coma um adulto, a buscar umha lógica no labirinto, a procurar umha saída. Corro polos pasilhos sem entender nada. Busco nos mapas, pergunto a outros que buscan tamén a saída, o caminho. Guías nom falhan. Hai gente que, efectivamente, pode elevarse e mirar o labirinto dende arriba. Pensan que iso val de algo. Hai tamén quem se adica a furar os muros : pírricos avances. Hainos que, trabalhosamente, fan umhas ás de plumas pegadas com cera, incluso conseguen voar : pero o labirinto exténdese por todo o horizonte.

Levo um tempo así : atrapado. Tentando desaprender a solidez da materia. Pensando cómo era.

Cómo fun.

Vivo numha eterna versión borrador.

Beleza

La belleza, como la luz ultravioleta, es visible, apenas, a unos pocos animales.

Julia Olivier (El último paso)

Velhos (II). Sinha Rosa

Sinha Rosa sempre foi para min esa velhinha que se sentaba a mirar a gente pasar, na porta da súa casa, no medio do pobo, na Ilha. Era umha velha gordinha, menuda, de pelo branquísimo e face rosa, como o seu nome. Soía vestir camisas claras, e umha saia gris cum delantal de cuadros por enriba. Num pobo en que todas as velhas visten de negro, era umha rareza. Tinha um sorriso amplo como só o tenhen os velhos sem dentes, e umha mirada limpa e agradecida. Cós olhos azúis tan claros seguía á gente, e sorría ós que se paraban a falar com ela, que, na Ilha, eran casi todos.

Cando o home vivía, sentaban os dous na porta da casa a mirar para a gente. Despóis, cando lhe morréu, sentaba soa, có delantal negro como tudo luto, e sempre sorrindo. Eu sempre a saudaba ó pasar, e paraba a miudo. Umha vez pidéume que lhe fixera umha manzanilha, porque ela nom era quem de acender o lume. Nom tinha butano.

Nos pobos de Castela, no vran, vense moitos velhos coma sinha Rosa, sentados ás portas da casa, a mirar a gente que pasa ou aos outros velhos. Pero en Galiza esta estampa é máis rara. Cecáis porque os velhos, en Galiza, sempre tenhen algo que fazer. Seguramente por iso a figura plácida de sinha Rosa tinha a beleza incongruente dum anacronismo. 

Um día, a minha tía Esmeralda, que era a súa sobrinha, decidéu que sinha Rosa estaba demasiado velha para vivir soa, e levouna á súa casa. Tía Esmeralda vivía numha casa nova, moi grande e bonita, na Sapeira. Pero polo caminho da Sapeira nom pasaba ninguén. Sinha Rosa sentaba ó principio no xardín, pero pronto a encamaron. E como se erguía pola noite a mexar, puxéronlhe ums barrotes.

Ó principio, eu ía a vela de vez en cando. Contábalhe cousas da gente que vía polo pobo, i ela falábame dos seus recordos. Como nom tivera filhos, contábame cousas dos irmáns, que foran moitos. Gostábalhe falar moito de Ramón, que fora moi listo, e andivera embarcado, de maquinista. Estivera en Nova Iorque, e falaba Inglés. Umha vez levéilhe a sinha Rosa umha foto da súa casa, e máis da Caixa de aforros, que estaba enfrente. Na foto víase tamén a gente que pasaba pola rúa. Sinha Rosa forzaba a vista, e ainda que nom reconhecía a ninguén, os séus olhos iluminábanse. Alí quedaron as fotos, na mesilha de noite.

Despóis eu deixéi de ir. Podería justificarme dicindo que estaba pouco pola Ilha, que nom tinha tempo, cuestión de prioridades... pero o certo é que foi simple pereza. Cántas cousas deixamos de facer por pereza.

Nom penséi moito en sinha Rosa, e pasaron coma dous anos ata que voltéi preguntar por ela.

  - Sinha Rosa? Morréu. Morréu fai dous ou tres meses.

Eu nom sentín nada. Os velhos morren -coma todos- cando um os deixa de ver.

Velhos (I)

A. chámame chorando. "Se ha muerto mi abuelo" dí. Está moi triste.

Lembro o día que morréu o meu avó Alfonso. Tinha 91 anos, e vivéunos ata o último día. Vivía cós meus tíos en Pontevedra. Paseaba e lía o periódico a diario. No clube de jubilados de Pontevedra tinha amigos, e gostaba de ir falar com eles. Morréu de repente, umha noite. Nem filhos nem netos chorabam. O día do enterro, na casa dos meus tíos, os primos falábamos animadamente, e ata César se atrevía a alegrar o velório com algúm chascarrillo. Só dous primos, estudados en universidade do Opus, gardabam um gesto serio e censuraban coa mirada a levedade reinante. Durante o enterro, na igrexa, a gente estaba seria, pero nom triste.

O avó de A. vivía numha residencia de anciáns en Burgos, viuvo, só. Eu vino un par de veces. Tinha a mirada baixa, derrotada. Había que berrarlhe moi alto, porque disque apenas oía, pero eu penso que, simplemente, nom facía caso.  A lucidez dábalhe dabondo para saber que já estaba de sobra. A eventual visita nom o sacaba da súa soedade. Os filhos ían velo umha vez ó mes. A. umha vez ao ano.  

Agora chora. "Se ha muerto mi abuelo", dí. Ela cré que chora por iso, polo avó morto. Pero eu penso que nom. Eu penso que chora porque onte morréu um senhor en Burgos, e agora, ela, já nunca vai conhecer ó seu avó.

O ceo de Checho

Ao longo da minha vida, tenho pensado a miudo que ainda que o dianho nom exista, um inferno tem haber. Tamén dúas vezes penséi que, ainda que Deus nom exista, o ceo tem que existir :

Cando eu tinha 12 anos, marchamos a vivir a Pontevedra. O edificio no que vivíamos remataba de se construir, e todos os que vivíamos alí eramos novos na zona. Como soe pasar nestes casos, os pais organizan a comunidade de vicinhos, os nenos jogamos todos no patio, conhécese todo o mundo, e os rapaces enseguida fan amigos. Nos tamén.
No sexto piso, dous por enriba de nós, vivía umha familia do Opus Dei. Coma toda familia do opus que se precie, tinhan moitos filhos, neste caso ums dez. A máis velha levábame um ano, despóis vinha umha rapaza da minha idade, e así, en descenso, ata o pequeno recén nado. Tanto os pais coma os filhos, mália a um certo hieratismo familiar, eran extrovertidos e alegres. Pero había um neno, dums 10 anos que era um auténtico terremoto. O típico rapaz alegre, jogador, traveso e hiperactivo, que pola súa simpatía daba nome ó resto da familia : os Chechos. Checho era o cuarto filho (segundo home). Era loiro, de olhos claros, de pelo curto i erizado, máis bem pequeño, enjuto, hiperactivo, locuaz, tremendamente gamberro. Tinha a idade do méu irmán pequeno, e estaba por iso a miudo na nosa casa, ou jogando juntos á pelota no patio. Nom séi se polo traste que era, ou polo simpático, pero todos lhe colhéramos um carinho especial a aquel rapaz. Umha noite, sem previo aviso, deulhe um derrame cerebral, e morréu. Tinha entón 11 anos.
Lembro que daquela eu andaba moi desencantado da religión, pero penséi “tem que haber um ceo, ainda que só sea para Checho”.

Este episodio veume á memoria de novo estes días. Na minha mente, por segunda vez, repitéuse a frase. Porque no ceo de Checho, entróu o pasado mércores Teresinha.

Paráfrase

Quem fala a Deus espera / falarse a sí propio um día.

Ler

A fame excesiva de livros parécese á súa completa indiferencia. O tragón nom soe ser bom gourmet.

Perguntas

  - Maestro : ¿Que preguntas le harias a Dios?
  - Sólo las que me haría a mi mismo.
  - ¿Y que respuestas te podría dar Él?
  - Sólo las que yo mismo pudiese darme.
  - Entonces ¿Qué sentido tiene preguntarle a El?
  - El de ser consciente de las preguntas, para buscar en uno la respuesta.

Julia Olivier (El ratón y la nube)

Compreender

Repudiei sempre que me compreendessem. Ser compreendido é prostutuir-se. Prefiro ser tomado a serio como o que não sou, ignorado humanamente, com decência e naturalidade.

Bernardo Soares (O livro do desassossego)

Galos

Hoje nom tenho sono. É tarde, i eu estou a escoitar o silencio, na minha habitaçom. Afora comezo a oir ums galos, que queren apurar ó día. Os galos cantan e cantan e ainda é de noite. Nom séi porqué, pero vêm á minha memoria umha noite de hai máis de 20 anos. Tinha eu nove ou dez anos, e nom podía durmir. Ou durmía e despertaba. Estaba moi nervioso, porque, ao día seguinte, tinha exame de solfeo. En Vigo. Sor Hermosinda (outra Sherpa) levábame a mín e máis a Richi ó exame. Lembro a espera numha salinha, despóis o salón de actos enorme, os membros do tribunal na súa mesa i eu, alí no medio, a solfear. Lémbrome tan pequeno... O caso é que hoje -coma a madalena de Proust- véume a sensaçom -nom a image- daquela noite de espera, de nervos, ó escoitar os galos. Lembro que aquela primeira noite de insomnio penséi no estranho deses galos, que cantan cando aínda faltan horas para sair o sol. Lembro que como nom podía durmir, levantéime. Puxen a camisa branca, o jersey azul de pico, e baixéi á horta a esperar, cós galos, a que se fixera de día. Fai vintecinco anos diso.

Hai dous días minha nái matóu tres galos. Dos que criaban na de Tío Alfonso. Agora están no congelador,  para as navidades. Nom sinto nada por eses galos, é o normal. Pero penso que entendo, agora, a súa presa por vivir o día.

Kikirikíiiiiiiiiiii