Partitocracia
Fernando Sánchez Dragó, en “Gárgoris y Habidis”
Fernando Sánchez Dragó, en “Gárgoris y Habidis”
"A felicidade é desfrutar dos momentos entre putada e putada que che fai a vida"
Al principio, con notable ingenuidad, muchos teóricos de las ciencias humanas pensaban poder introducir en ellas los métodos precisos y cuantitativos de las ciencias exactas. Está claro que hay que abandonar esta esperanza, y, por el contrario, podría suceder que se infiltraran en las ciencias exactas -en un futuro no muy lejano- los métodos de sutil análisis, cualitativos y un tanto difusos, de las ciencias humanas. No obstante, las ciencia humanas adolecen de grandes lagunas : muchas de ellas son incapaces de precisar su objeto. ¿Qué es, por ejemplo, un hecho histórico? La teoría estructural... no cuenta con ningún fundamento epistemológico. El sabio elige tal o cual estructura con arreglo a sus necesidades, y no puede justificar esta elección si no es por concordancia a posteriori del esquema abstracto de la morfología empírica. De ahí el ambiguo estatuto de un concepto como el de causalidad, concepto de renuncia imposible si queremos comprender, pero que es irreductible a una interpretación puramente estructural (o morfológica)
Dios es mujer. La abeja reina. La madre colmena. Con toda su cohorte de ángeles-zánganos revoloteando alrededor. Dios, sí, es mujer.
Porque la mujer crea, y el hombre transforma : sólo una mujer podía habernos dado [l]a luz.
Porque la mujer conserva y tiende a la eternidad.
Porque el seno materno es el paraíso al que desearíamos volver.
Y sólo una mujer es capaz de ser, a la vez, madre, padre, hijo, y espíritu santo.
Julia Olivier (Los expulsados del paraíso)
Ricos los habrá siempre. Demos esto por sentado. La naturaleza tiene querencia por las distribuciones gaussianas, y con el dinero no iba a ser menos. Así, es natural que haya siempre un 20% de la población en posesión del 80% de la riqueza. Pero no es la función de distribución la cuestión que quiero hoy debatir, sino la propiedad de esta riqueza.
Durante generaciones hemos oído la arenga de “la tierra para quien la trabaja”, como paradigma de la distribución de la riqueza, como justo reparto del producto de la tierra entre las manos trabajadoras que la cultivan, frente a la usurpación por parte del terrateniente, simple propietario de la tierra y de los medios de producción. Los economistas marxistas han analizado largamente el fenómeno, y puesto de manifiesto la supuesta injusticia. Formas de pensar que todavía se estudian en las facultades, y cuyo ejemplo sigue presente en nuestra sociedad.
“Pero el destino”, como diría un tal Morfeo, “no estaba exento de cierta ironía”
Porque las tornas han cambiado. Este sistema llamado capitalista ha puesto la propiedad de los medios de producción al alcance de todos, en concreto al alcance de cualquier pequeño accionista con ganas de invertir en bolsa. Esto ha provocado que, actualmente, la gran mayoría de las acciones de las grandes empresas que cotizan en el parquet, esté en manos de accionistas, mayores o menores, que ponen su dinero a trabajar. Siempre hay, lógicamente, accionistas mayoritarios que controlan la estrategia (de negocio y financiera) de la empresa. Estos accionistas, desde luego, nombran presidentes, consejeros y consejeros delegados que se encargarán de la gestión de la empresa, en mayor beneficio de... quién?
Uno pensará que los consejeros y directivos de las empresas deben de haber salido de esa clase privilegiada que tradicionalmente ha sido dueña del capital, y que, por lo tanto, siguiendo su propio paradigma de “la tierra y sus frutos para el propietario”, harán ímprobos esfuerzos para maximizar los beneficios de la empresa y entregarlos a sus propietarios (los accionistas) en forma de dividentos. Pero hete aquí que no es esa la realidad. Se comprueba fácilmente que los directivos de las grandes empresas del pais son, sin duda, hijos de aquellos jornaleros que gritaban la izquierdosa consigna arriba referida, porque han decidido impartir justicia, repartiendo “el dinero para quien lo trabaja”, esto es : los empleados (en pequeña medida, lógicamente, como menor mérito tienen en la gestión), y a ellos mismos (en mayor medida, como es de justicia). Esto es : una distribución del beneficio proporcional, entre los trabajadores de la empresa. Así, las empresas (si no hay OPAs por medio que enturbien la gestión) no entregan a sus propietarios -accionistas- sino una pequeña parte del fruto de las callosas neuronas de sus trabajadores (principalmente, como hemos dicho, directivos)
Justicia por fin. El dinero para quien lo trabaja. Y todavía hay hipócritas (los pobres, claro, los de siempre), accionistas, que piden que los beneficios de la empresa se entreguen a los propietarios.
Desde luego...
Artículo de Jacinto Ortega en Economía y Sociedad
haveria um par de coisas por dizer/
que não é muito lida por ninguém/
que esses ninguém são poucos/
que estão todos preocupados com a crise mundial/ e
com o assunto de comer a cada dia/ trata-se
de um assunto importante/ eu me lembro
quando tio joão morreu de fome/
dizia que nem se lembrava de comer e que pra ele não tinha problema/
problema veio foi depois/
não havia dinheiro para comprar caixão/
e quando finalmente o caminhão municipal passou para levá-lo/
tio joão parecia um passarinho/
o pessoal do caminhão olhou para ele com desprezo e com desdém/
murmuravam/
que eram sempre molestados/
que sendo gente eles enterravam gente/ e não
passarinhos como tio joão/ especialmente
porque o tio foi cantando piu piu a viagem inteira até o crematório
municipal/
e sentiram-se desrespeitados e estavam muito ofendidos/
e quando davam-lhe um tapinha pra calar a boca/
o piu piu voava pela cabine do caminhão e eles sentiam que ouviam um piu
piu na cabeça/ tio
joão era assim/ adorava cantar/
e não via por quê não cantar depois de morto/
foi para o forno cantando piu piu/ as cinzas saíram e ainda deram uns
pios/
os companheiros do municipal se entreolharam com os sapatos cinzentos de
vergonha/ bem mas
voltando à poesia/
os poetas passam muita dificuldade/
não são muito lidos por ninguém/ esses ninguém são poucos/
o ofício perdeu o prestígio/ para o poeta está cada dia mais difícil
conquistar uma linda namorada/
ser candidato a presidente/ ser patrocinado por um mecena/
que um guerreiro faça façanhas para serem cantadas/
que um rei lhe pague cada verso com três moedas de ouro/
e não se sabe se é porque acabaram as namoradas/os mecenas/ os
guerreiros/ os reis/
ou simplesmente os poetas/
ou foram as duas coisas e é inútil
esquentar a cabeça com uma coisa dessas/
bonito é saber que a gente pode cantar piu piu
nas horas mais estranhas/
tio joão depois de morto/ eu agora
para que me queiras/
Juan Gelman (traducçom de Leo Gonçalves)
T - Cuando nuestro universo está en armonía con el hombre eterno, lo conocemos como verdad, lo aprehendemos como belleza.
E- Esta es una concepción del universo puramente humana.
T- No puede haber otra. Este mundo es un mundo humano, y la visión científica es también la del hombre científico. Por lo tanto, el mundo separado de nosotros no existe; es un mundo relativo que depende, para su realidad, de nuestra conciencia.
Conversación entre Albert Einstein y Rabindranath Tagore, 14 de julio de 1930 (Citado por Ilya Prigogine)
El demonio existe, pero él no lo sabe. Con Dios ocurre al contrario : no existe y lo sabe
Rafael Argullol
¡Qué quieren ustedes!… A veces los nervios se destemplan… se pierde el coraje de continuar sin hacer nada... ¡Cansancio de nunca estar cansado! Y se encuentran ritmos al bajar la escalera, poemas tirados en mitad de la calle, poemas que uno recoge como quien junta puchos en la vereda.
Lo que sucede entonces es siniestro. El pasatiempo se convierte en oficio. Sentimos pudores de preñez. Nos ruborizamos si alguien nos mira a la cabeza. Y lo que es más terrible aún, sin que nos demos cuenta, el oficio termina por interesarnos y es inútil que nos digamos : “Yo no quiero optar, porque optar es osificarse. Yo no quiero tener una actitud, porque todas las actitudes son estúpidas… hasta aquella de no tener ninguna…”
Irremediablemente terminamos por escribir : Veinte poemas para ser leídos en el tranvía.
¿Voluptuosidad de humillarnos antes nuestros propios ojos? ¿Encariñamiento con los que despreciamos? No lo sé. El hecho es que en lugar de decidir su cremación, condescendemos en enterrar el manuscrito en un cajón de nuestro escritorio, hasta que un buen día, cuando podíamos preverlo, comienzan a salir interrogantes por el ojo de la cerradura.
¿Un eventual éxito sería capaz de convencernos de nuestra mediocridad? ¿No tendremos suficiente dosis de estupidez, como para ser admirados?… Hasta que uno contesta a la insinuación de algún amigo: “¿Para qué publicar? Ustedes no lo necesitan para estimarme, los demás…”, pero como el amigo resulta ser apocalíptico e inexorable, nos replica : “Porque es necesario declararle, como tú le has declarado, la guerra a la levita, que en nuestro país lleva a todas partes; a la levita con que se escribe en España, cuando no se escribe de bolilla, de sotana, o en mangas de camisa. Porque es imprescindible tener fe, como tú tienes fe, en nuestra fonética, desde que fuimos nosotros, los americanos, quienes hemos oxigenado el castellano, haciéndolo un idioma respirable, un idioma que puede usarse cotidianamente y escribirse de ‘americana’, con la ‘americana’ nuestra de todos los días”. Y yo me ruborizo un poco al pensar que acaso tenga fe en nuestra fonética y que nuestra fonética acaso sea tan mal educada como para tener siempre razón… y me quedo pensando en nuestra patria, que tiene la imparcialidad de un cuarto de hotel, y me ruborizo un poco al constatar lo difícil que es apegarse a los cuartos de hotel.
¿Publicar? ¿Publicar cuando hasta los mejores publican un 1071% veces más de lo que debieran publicar? Yo no tengo, ni deseo tener, sangre de estatua. Yo no pretendo sufrir la humillación de los gorriones. Yo no aspiro a que me babeen la tumba de lugares comunes, ya que lo único realmente interesante es el mecanismo de sentir y pensar. ¡Prueba de existencia!
Lo cotidiano, sin embargo, ¿no es manifestación admirable y modesta de lo absurdo? Y cortar las amarras lógicas, ¿no implica la única y verdadera posibilidad de aventura? ¿Por qué no ser pueriles, ya que sentimos el cansancio de repetir los gestos de los que hace 70 siglos están bajo la tierra? Y ¿cuál sería la razón de no admitir cualquier posibilidad de rejuvenecimiento? ¿No podríamos atribuirle, por ejemplo, todas las responsabilidades a un fetiche perfecto y omniscente, y tener fe en la plegaria o en la blasfemia, en el albur de un aburrimiento paradisíaco o en la voluptuosidad de condenarnos? ¿Qué nos impediría usar de las virtudes y de los vicios como si fueran ropa limpia, convenir que el amor no es un narcótico para el uso exclusivo de los imbéciles y ser capaces de pasar junto a la felicidad haciéndonos los distraídos?
Yo, al menos, en mi simpatía por lo contradictorio –sinónimo de vida- no renuncio ni a mi derecho de renunciar, y tiro mis Veinte Poemas, como una piedra, sonriendo ante la inutilidad del gesto.
París diciembre 1922.
Oliverio Girondo. Carta a la Púa. Prólogo a Veinte poemas para ser leídos en el tranvía
- Pero maestro : ¿Porqué seguir haciéndose las mismas preguntas? Las mismas que se llevan haciendo durante miles de años sin hallar respuestas
- ¿Y no crees que precisamente el hecho de que se hayan hecho a lo largo de miles de años prueba que es imposible no hacérselas?
Julia Olivier (El ratón y la nube)